En 2025, las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs) en México enfrentarán un panorama lleno de desafíos, pero también de grandes oportunidades que podrían ser clave para su crecimiento y supervivencia, entre los que se encuentran su transformación digital, el acceso a financiamiento, la comercialización de productos y servicios sostenibles y el comercio electrónico.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las MiPyMEs representan el 99.8% de las empresas en el país y generan el 72% del empleo privado, pero a pesar de su importancia en la economía mexicana, este sector enfrenta varios obstáculos que amenazan su estabilidad, pero al mismo tiempo, ofrece una serie de oportunidades que los emprendedores y empresarios deberán aprovechar.
Uno de los principales retos que se prevé para las MiPyMEs en 2025 es la adaptación inmediata a la digitalización, ya que, con la aceleración de la transformación digital a raíz de la pandemia, muchas pequeñas empresas en México aún no han logrado integrar tecnologías avanzadas en sus procesos productivos.
Según un informe de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), más del 60% de las MiPyMEs en México no cuentan con una infraestructura tecnológica adecuada para competir en el mercado global y este rezago en digitalización puede limitar su acceso a nuevos mercados, disminuir la eficiencia operativa y dificultar la fidelización de clientes en un entorno cada vez más competitivo y globalizado.
Otro desafío importante es el acceso a financiamiento porque, a pesar de que el gobierno mexicano ha implementado programas como el crédito a través de Nacional Financiera (Nafin) y el Fondo de Apoyo a las Microempresas (FOMM), la falta de garantías y la alta tasa de interés siguen siendo obstáculos para muchas MiPyMEs que buscan expandirse.
Según datos de la Secretaría de Economía, solo el 20% de las pequeñas empresas en México tiene acceso a financiamiento formal, lo que limita su capacidad para innovar, crecer y generar empleo. Esto es especialmente crítico en sectores como el tecnológico, donde la inversión inicial es clave para el desarrollo de nuevos productos y servicios.
A pesar de estos retos, las MiPyMEs también cuentan con numerosas oportunidades para avanzar en 2025 con la creciente demanda de productos y servicios sostenibles, que representa una gran oportunidad para que las pequeñas empresas se adapten a las tendencias ecológicas. De acuerdo con un estudio de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el mercado de productos ecológicos en México ha crecido un 15% anual, lo que abre puertas para que las MiPyMEs se inserten en nichos de mercado que exigen prácticas responsables con el medio ambiente.
Otro punto favorable es la expansión del comercio electrónico, que se ha consolidado como una vía de crecimiento para las empresas en todo el mundo. Según la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), el comercio electrónico en México creció un 27% en 2023 y se espera que continúe esta tendencia en 2025 y las MiPyMEs que adopten plataformas de venta en línea, redes sociales y marketing digital tendrán una ventaja competitiva significativa, permitiéndoles llegar a más consumidores y diversificar sus fuentes de ingresos.
Además, las MiPyMEs mexicanas deben aprovechar las oportunidades que ofrecen los tratados internacionales como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual abre nuevos mercados y facilita el acceso a proveedores y socios comerciales en América del Norte.
Esto, sumado a la reciente implementación de iniciativas gubernamentales como los Programas de Apoyo a la Exportación y la Alianza para la Innovación Digital, representa una gran oportunidad para que las MiPyMEs aumenten su competitividad y logren internacionalizarse.
En cuanto al capital humano, las MiPyMEs mexicanas deben aprovechar los programas de capacitación y formación disponibles para mejorar las habilidades de sus equipos y para lograrlo, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y otras entidades gubernamentales, en colaboración con universidades y cámaras empresariales, han puesto en marcha iniciativas para mejorar las capacidades de los trabajadores y empresarios, lo cual es crucial para el crecimiento de cualquier empresa.
De tal forma que, aunque las MiPyMEs mexicanas se enfrentarán a importantes desafíos en 2025, como la digitalización, el acceso a financiamiento y la necesidad de adaptarse a un entorno globalizado, también tienen una amplia gama de oportunidades para superar estos obstáculos.
La clave estará en aprovechar las tendencias de sostenibilidad, el comercio electrónico y los mercados internacionales, mientras se apoya en la formación de capital humano y la colaboración con iniciativas gubernamentales para asegurar su crecimiento y competitividad en el futuro.